LA PAZ EN KOSOVO Y SU
FUTURO STATUS
Magíster Marta
R. Uriarte de Krivoruk (*)
En la última semana de junio del 2006
el presidente de Kosovo, Fatmir Sedjiu, inició
una visita a Albania donde se reunió con
el presidente de ese país, Alfred Mois.
La visita coincide con la mediación entre
la comunidad albano-kosovar y serbia sobre el
futuro status de la provincia. La comunidad albanesa
quiere que Kosovo sea independiente mientras que
los serbios pretenden que siga siendo parte de
Serbia.
Albania ha sido el mayor apoyo de los grupos albaneses
en la vecina Kosovo. No obstante, Tirana siempre
ha dicho que no tiene reivindicaciones territoriales
y que no busca que las fronteras cambien, añadiendo
que las instituciones internacionales y las tropas
deben quedarse en Kosovo.
A principios de junio de este año, durante
una visita a Pristina, Berisha, el primer ministro
albanés, dijo que una mejora en el trato
a los albano-kosovares mejoraría las relaciones
entre los serbios y albaneses, después
de años de enemistad y desconfianza. También
señaló que la paz y la estabilidad
en los Balcanes dependería de que Kosovo
obtuviese la independencia.
Aunque formalmente sigue perteneciendo a Serbia,
Kosovo ha estado dirigida por una administración
de la ONU y vigilada por soldados internacionales
desde que la OTAN bombardeara Serbia.
La Kosovo moderna ha existido como una entidad
política o territorial desde 1945. Antes,
su territorio fue gobernado completa o parcialmente
por una ocupación italiana de Albania,
Serbia, Montenegro, el Imperio Otomano, el Imperio
Bizantino, Bulgaria y el Imperio Romano. Algunos
afirmaban que Kosovo ha sido una sola región
distintiva desde la antigüedad, pero la arqueología
lo desmiente y los registros históricos
lo contradicen.
El mapa étnico es un verdadero mosaico
que incluyó latinos, turcos, romaníes,
gorani (musulmanes eslavos), circasianos y judíos,
además de serbios y albaneses.
Muchas veces se consideró que los albano-kosovares
habían creado voluntaria e ilegalmente
instituciones paralelas de Kosovo mientras existió
Yugoeslavia. Pero es conveniente aclarar que el
parlamento, el gobierno, el sistema educativo,
la liga deportiva, las instituciones culturales
y los medios de comunicación fueron anteriores
a 1990, cuando el Estado Serbio abolió
forzosa y unilateralmente la autonomía
de Kosovo y creó un sistema de instituciones
“serbias” paralelas en Kosovo, bajo
el férreo control de Belgrado.
Esto conllevó la suspensión de la
autonomía de Kosovo y marcó el comienzo
de la agonía del sistema federal de Yugoeslavia
, en julio de 1990, para culminar su desmembramiento
en junio de 1991, cuando proclaman su independencia
Eslovenia y Croacia, seguidas por Macedonia y
Bosnia-Herzegovina.
La guerra desatada entre los nuevos Estados independientes
y las fuerzas armadas “federadas”
conformadas por los serbios y montenegrinos, produjeron
miles de victimas, entre muertos, heridos y además
un alto porcentaje de bienes destruidos.
Esta guerra y las conferencias de paz produjeron
una nueva realidad en los Balcanes y reconocieron
nuevos Estados y fronteras. Únicamente
en Kosovo las cosas no se modificaron. Los albano-kosovares
(90% de la población) buscaron mantener
y crear ciertos instrumentos e instituciones de
poder local y soberano, a lo que Serbia replicó
con la imposición de una policía
militar y la movilización de su minoría
étnica, lo que provocó una especie
de “apartheid”, a lo que se sumaron
cambios constitucionales realizados sin consulta
popular.
Serbia encaró medidas unilaterales en el
orden legislativo e inició un proceso de
serbianización de la propiedad y la población,
transfiriendo propiedades públicas, recursos
industriales, infraestructura y otros bienes a
empresas o al Estado serbio, llegando además
al despido de 150.000 albaneses; además
dictó leyes discriminatorias, medidas de
intimidación administrativa, maltrato,
represión policial, juicios-farsa y los
robos legalizados por el Estado.
No obstante todos los ataques a su integridad
como ciudadanos y el cercenamiento de derechos
básicos, los albano-kosovares fueron prudentes
y optaron por la resistencia pacífica.
El 7 de septiembre de 1990 la fracción
albanesa del Parlamento de Kosovo aprobó
la república de Kosovo. El referéndum
sobre la independencia se realizó al año
siguiente y en 1992 se celebraron elecciones presidenciales
en un parlamento independiente.
La escalada del conflicto
Desde Belgrado, Milosevich siguió
presionando con la introducción de medidas
represivas conocidas como “gestión
forzosa”, de manera tal que los albano-kosovares
para preservar sus instituciones, crearon un sistema
tributario paralelo (tres por ciento sobre sus
ingresos) a los que sumaban los fondos que se
recaudaban en Occidente y se utilizaban para financiar
el sistema educativo, (después de su expulsión
de los edificios escolares y universitarios) y
a sus dirigentes políticos.
En febrero de 1998 los serbios iniciaron la ofensiva
con los enfrentamientos en la Drenica , los que
provocaron la muerte de veinticinco albano-kosovares.
En marzo continuó la ofensiva, que duplicó
el número de victimas, mientras el líder
moderado Ibrahim Rugosa era electo en elecciones
generales no reconocidas por Belgrado y la comunidad
internacional.
No obstante los intentos de diálogo entre
Rugova y Milosevic, las ofensivas serbias se reanudaron
y los kosovares contaron cientos de víctimas.
En setiembre, Milosevic propuso un acuerdo provisorio
de 3 a 5 años que concedía algún
grado de auto administración. A los pocos
días la Resolución nº 1199
de la ONU exigió a Belgrado un alto al
fuego inmediato, la retirada de alguna de sus
fuerzas, un diálogo político con
los kosovares y el regreso de los refugiados.
Tras la indignante aparición de treinta
cadáveres de kosovares ejecutados, y la
presión internacional, Milosevic aceptó
el despliegue en Kosovo de verificadores de la
Organización para la Seguridad y la Cooperación
en Europa (OSCE) respaldados por un dispositivo
aéreo y la OTAN renunció al uso
inmediato de la fuerza, tras la retirada de las
fuerzas serbias.
Cuando en diciembre, el emisario norteamericano,
Christopher Hill, presenta un proyecto de acuerdo
que prevé un alto grado de autonomía
para Kosovo, obtiene un rechazo tanto de los albano-kosovares
como de los serbios.
Como contrapartida, se renuevan las masacres de
civiles kosovares en Racak y persecuciones y deportaciones
forzosas de población civil. Cuando en
febrero de 1999 se realizaron las negociaciones
en Rambouillet (cerca de Paris) destinadas a lograr
un acuerdo provisional que preveía una
“autonomía sustancial” para
Kosovo, los serbios pidieron que se excluyera
a cualquier fuerza internacional y los albano-kosovares
reclamaban aún un referéndum sobre
la independencia.
Intervienen las fuerzas
de la OTAN
A los fines de frenar la violencia,
la OTAN aprueba un “plan de operación”
para una eventual fuerza internacional de mantenimiento
de la paz en Kosovo (KFOR, 26.000 hombres) y la
dirigencia kosovar, el UCK, decide formar un gobierno
provisional de Kosovo.
Cuando en marzo, los kosovares firman el proyecto
de Acuerdo de Paz en Paris, los serbios lo rechazan,
continuando con sus ofensivas hacia la población
civil. Ante la inflexibilidad serbia, el secretario
general de la OTAN, Javier Solana, da la orden
de iniciar los bombardeos aéreos contra
Yugoeslavia tras el fracaso de la misión
del norteamericano Richard Holbrooke en Belgrado.
La operación “Fuerza Aliada”
de la OTAN hace que Belgrado rompa relaciones
con Washington, Londres, Bonn y Paris. Tras los
bombardeos a Serbia, el” G-8” (siete
países industrializados y Rusia) proponen
siete principios para la resolución del
conflicto.
A mismo tiempo que Slobodan Milosevic es inculpado
de crímenes de guerra y crímenes
contra la humanidad en Kosovo por el Tribunal
Internacional, este acepta los principios generales
del “G-8” tras sufrir la destrucción
de los dos tercios de las armas pesadas que las
fuerzas serbias tenían en Kosovo.
Tras dejar un saldo de 10.000 muertos, heridos,
desplazados, Belgrado acepta el plan de paz ruso-occidental
para Kosovo. El acuerdo obtenido en Colonia en
el G-8, incluye un calendario de etapas que debía
poner fin a las hostilidades.
Ante la inmediata retirada de las fuerzas serbias
de Kosovo, Javier Solana anuncia el fin de los
bombardeos de la OTAN.
¿El status internacional
de Kosovo?
Kosovo no es un país, su status internacional
es anómalo, aunque formalmente, sea una
provincia de Serbia, la administración
es conducida por la ONU, sin la participación
del gobierno serbio (bajo la Resolución
del Consejo de Seguridad 1244 del 10/6/1999).
El gobierno actual de la provincia es desempeñado
por la Misión de Naciones Unidas en Kosovo
(UNMIK).
Se ha hablado de paz, pero las calles de Kosovo
son recorridas diariamente por carros armados
pesados y por convoyes con soldados de combate.
Se dice de manera repetida, que esta paz pasa
inevitablemente por la reconciliación étnica,
cuando, en algún lugar, serbios y albano-kosovares,
se miren recíprocamente a la cara con el
único deseo en el fondo de sus ojos, de
terminar con el ajuste de cuentas.
Se cantan loas sobre la convivencia pacifica,
mientras los unos exigen la independencia y los
otros sueñan con la separación.
La ciudad de Mitrovica ha devenido en el símbolo
del rechazo a la convivencia multiétnica.
La división a la largo del río Ibar
deja a 60 000 albaneses al sur y 12 000 serbios
al norte. Separación que fue aceptada por
los serbios con el propósito de crear a.C.
en el Angulo septentrional de Kosovo, un baluarte,
un enclave serbio y desde a.C., quizás
volver a intentar la reconquista.
Los occidentales sienten profundo disgusto por
el odio palpable, visceral, atávico que
caracteriza los antagonismos étnicos de
Kosovo, pero no saben bien como comprenderlo o
tratarlo.
Por todo esto algunos Estados mayores occidentales
realizan hipótesis sobre la permanencia
militar en Kosovo de las tropas de paz en unos
veinte a treinta años. Pero son las lógicas
de los albano-kosovares y las de los serbios las
que se les escapan a Occidente.
No debemos olvidar que los albano-kosovares ,
clanes tradicionalistas y patriarcales (basta
pensar en sus casas rurales con varias familias
de un mismo tronco), habituados a una legalidad,
que en sus tiempos recientes era la de los pueblos
oprimidos, han desarrollado un doble estándar
de pensamiento y acción, uno público
y otro intra-albanés.
En cuanto a los serbios, viven de percepciones
místicas, son auto referenciales, razonan
sobre los tiempos largos de la historia y tienen
actualmente, un fuerte resentimiento hacia los
Estados miembros de la OTAN. En sus sectores rurales
y ortodoxos tienen instaurada una notable distancia
cultural respecto a la mentalidad occidental,
individualista y liberal.
Por otra parte, la presencia de la UNMIK ha permitido
la formación provisional de la asamblea,
el gobierno y la oficina del presidente, que son
cuerpos legislativos y órganos ejecutivos
de control de la UNMIK; el control de la seguridad,
la justicia y asuntos externos. El parlamento
fue elegido en el 2001, e Ibrahim Rugosa fue elegido
en marzo del 2002, aunque falleció antes
de terminar su mandato. La sede de la asamblea,
el gobierno y el presidente están en Pristina.
El status quo de Kosovo es probable que con el
tiempo vaya a transitar el camino hacia la independencia.
Todo llevaría a este rumbo, especialmente
el empeño europeo. No el americano, ya
que el mismo Clinton había expresado que
no pretendía una independencia de Kosovo,
pero sí estaba a favor de que la provincia
regresara a la situación de autonomía
que había disfrutado de 1974 a 1989.
Tanto la OTAN como la ONU siguen reconociendo
formalmente a Kosovo como parte de Serbia, aunque
no permitan que Serbia ejerza soberanía
sobre ella, como desde 1999 la mayor parte de
la población serbia ha sido expulsada por
los extremistas albaneses. Del otro lado, Serbia
solo reconocería a regañadientes
la independencia de Kosovo, lo cual violaría
la ley internacional (los principios de integridad
territorial y no interferencia en los asuntos
internos).
Si la independencia algún día se
concreta, los serbios kosovares que viven en la
zona huirían. La cuestión se plantea
como un largo e incierto camino de negociaciones.
En octubre del año pasado, la ONU recomendó
al Consejo de Seguridad la iniciación de
conversaciones para alcanzar un acuerdo sobre
el estatuto definitivo para la región,
en base al informe elaborado por el enviado especial
de Kofi Annan.
La integración de los pueblos que habitan
Kosovo llevará largos tiempos de maceración.
Por el momento, además del etnocentrismo,
hay que erradicar otras lacras de post-guerra
como la corrupción, la inflación,
el despilfarro de las ayudas externas, recuperar
el valor del trabajo, buscar soluciones políticas.
No será un libro de sueños …
Kosovo en el Imperio Otomano
Gráficos
Las raíces del conflicto
No sólo no hablan el mismo
idioma. Entre serbio y albano kosovares
existen grandes diferencias.
Población:
Albano kosovares:
hasta hace poco en Kosovo había
dos millones de personas la salida
masiva de refugiados, los albano-
kosovares suponía el 90% de
la población.
Serbios: aproximadamente
la mitad de la población de
Kosovo antes de la II Guerra Mundial
era serbia. Pero el éxodo del
campo a la ciudad y el elevado índice
de natalidad de los albano-kosovares
redujeron la población serbia
en la provincia.
Idioma:
El idioma de los albano- kosovares
tiene origen indoeuropeo, tan antiguo
como el latín.
Los serbios hablan una lengua eslava
similar al búlgaro y al ruso.
Política:
En 1974 Kosovo funcionaba como una
república, aunque no lo fuera
oficialmente. Tenía autonomía
y derecho a voto en el Consejo Federal
de Yugoeslavia.
Cuando Slobodam Milosevic era presidente
de Serbia (después lo fue de
lo que fue de Yugoeslavia de Serbia
y Montenegro) revocó la situación
de autonomía a Kosovo. En 1989,
instauró un régimen
militar en la provincia.
Religión:
La mayor parte de los albano-kosovares
son musulmanes
.Descienden de los católicos
romanos y de cristianos ortodoxos
que se convirtieron al Islam durante
los 500 años del Imperio Otomano.
Loa serbios practican un cristianismo
que sigue tradiciones similares a
las de Rusia, Grecia y Bulgaria.
Historia:
Los albano-kosovares se consideran
descendientes directos de una tribu
balcánica, los ilirios, que
habitaron Kosovo en la antigüedad.
La iglesia ortodoxa serbia estuvo
en un principio asentada en Kosovo.
De hecho, en la zona aún quedan
monasterios ortodoxos. Los serbios
reconquistaron a Kosovo a los turcos
en 1912, durante la Guerra Mundial,
cuando Serbia, Montenegro, Grecia
y Bulgaria derrotaron a Turquía,
terminando así con 500 años
de dominación otomana.
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