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Poder, actores y orden en  las Relaciones Internacionales
Politóloga Janneth Karime Clavijo Padilla

Introducción

El objetivo de este texto será de modo aproximado, examinar algunos conceptos centrales  en las teorías de las relaciones internacionales, como los son: poder, Estado y otros actores internacionales, orden internacional y la idea de sistema y anarquía; quisiera señalar que al emprender esta labor y más aún en el desarrollo de la misma, se hace evidente la imposibilidad de abarcar todos los autores que al respecto se han pronunciado, así como  poder ubicar a algunos completamente en una de las vertientes teóricas, dada las particularidades de sus perspectivas y el enfoque de sus textos.

Considero que existen diversos caminos para abordar las teorías, ya sea  por los  momentos de la historia  en los cuales estas surgieron o tomaron relevancia en el estudio de las relaciones internacionales,  por las  visiones frente a la guerra y las posibilidades hacia  la paz, que son  puntos centrales  en  esta disciplina, como por los conceptos que de estos se derivan; así también otra vía es el énfasis que cada una pone en determinados elementos, dependiendo esto obviamente de la perspectiva que se esboce o los senderos epistemológicos y metodológicos que se han planteado para estudiar y entender  el panorama y la dinámica internacional, entre otros.  

Para el desarrollo de este trabajo  plantee una estructura que permite un orden en la presentación  y definición de los conceptos con un  alcance comparativo entre los autores y teorías de relaciones internacionales tomadas. De este modo, en primer lugar,  hay un acercamiento a las líneas generales de las teorías  y al  concepto de poder,  una segunda parte donde se encuentran  planteamientos referentes al Estado y los demás actores internacionales,  en el tercer segmento  intento  relacionar y englobar, lo referente a orden internacional y la idea de sistema y anarquía puesto que en las diferentes visiones y explicaciones de los teóricos estos puntos van fuertemente vinculados; finalmente menciono algunas reflexiones propias de los temas mencionados.

En la búsqueda por encontrar un hilo conductor y una fuente de organización para exponer las proposiciones es importante tomar como base principalmente tres vertientes que considero primordiales en el desarrollo de la materia, acogiendo tanto  líneas tradicionales como las que se han desarrollado posteriormente, estás líneas teóricas son: Realismo, Idealismo (aludiendo también al utopismo y al liberalismo), y  Constructivismo, del mismo modo también  incluyo corrientes que de alguna manera  atañen a las mencionas líneas como: el neorrealismo, la interdependencia y el neoliberalismo.        
          

Algunas teorías  y el “Poder” en  el estudio de las Relaciones Internacionales
 
 En el realismo

El concepto de poder en el desarrollo de la disciplina ha sido uno de los puntos centrales para la construcción de una visión sobre la dinámica internacional  y la configuración de la misma,  el poder ha tenido diversas connotaciones para las relaciones internacionales y  es un tema sobre el cual algunas teorías como el Realismo político  han puesto gran importancia. Esta perspectiva en líneas generales, parte de una idea pesimista sobre la naturaleza humana, egoísta, inclinada al poder, y a favor de la dominación; en la medida en que esto se presenta como una condición natural también se plantea la imposibilidad de cambio de la misma.  En el sistema internacional esta condición se ve reflejada en el comportamiento de los Estados,(debemos tener en cuenta que es una visión estatocéntrica que divide claramente lo interno de lo externo.) También regidos por lo que ellos denominan las leyes objetivas de la política, por tanto la política internacional estará basada en la lucha de poder en un entorno anárquico, catalogado así por la no existencia de un gobierno mundial,  de esta misma condición se deduce que en él existen escalas en las posiciones de los mismos Estados, dada por las mismas capacidades de poder que estos posean.

En esta teoría, la preocupación principal de los estadistas radica en la supervivencia del mismo Estado por lo cual se hace gran énfasis en  la seguridad, que debe ser el asunto correspondiente  a la alta política, y por ende en el poderío militar, (poder duro), que  garantice esta seguridad,  ya que dada la situación anárquica, la propensión a la guerra está latente. Dentro de este esquema el estadista debe hacer una lectura racional  y actuar a favor de sus intereses que se traducirán en poder, ésta consiste en analizar costos- beneficios, buscando claramente maximizar beneficios y reducir costos.

Uno de los representantes más importantes del Realismo  político es Hans J. Morgenthau quien  señala: “El realismo cree  tanto en la objetividad de las leyes de la política como en la factibilidad de elaborar una teoría racional que explique, aunque sea imperfecta y parcialmente, estas leyes objetivas”.(1) y concretamente frente al concepto de poder lo describe como: “el elemento principal que permite al Realismo  político encontrar su rumbo en el panorama de la política internacional es el concepto de interés definido en términos de poder, este  concepto proporciona el enlace entre la razón – en trance de comprender la política internacional- y los hechos que reclaman comprensión(2) , este concepto de poder esta definido por varios factores  tanto cuantitativos como cualitativos, de cantidad como de calidad.(3) El poder, que en el autor mencionado se define  como un fin y como un medio, está  relacionado también con el  conjunto de capacidades, y  está  fuertemente ligado con los objetivos propuestos, es decir el nivel de logro de estos está dado por el nivel de poder que se tenga, asimismo también afecta los medios disponibles con los que cuentan los otros Estados contra o con los cuales este poder se utilizará.

Morgenthau refiere sobre el esquema racional propuesto en la teoría  que: “El concepto de interés definido como poder impone al observador una disciplina intelectual, confiere un orden racional en materia de política y posibilita la comprensión teórica de la política. Desde el punto de vista de los actores, proporciona un disciplina racional a la acción  crea una continuidad en  política exterior…(4)  es decir,  da primacía al aspecto racional independiente del ámbito subjetivo, y aunque este autor menciona que efectivamente la política exterior contiene elementos irracionales, aclara sin embargo que una teoría al respecto necesita integrar la esencia racional que se halla en la experiencia y evadir estos elementos.

Considero importante resaltar que Morgenthau define la política  en general y por ende, la política internacional, como una “lucha por el poder”, como se ha mencionado anteriormente relacionado con el concepto de interés, y describiéndolo como medio y como fin, frente a lo cual aclara:
“El Realismo supone que su concepto  clave de interés definido como poder  es una categoría objetiva de validez universal, pero no otorga al concepto un significado inmutable. La idea de interés es, en efecto, la esencia de la política y resulta ajena a las circunstancias de tiempo y lugar.”(5)
“Sin embargo, el tipo de interés determinante de las acciones políticas en un periodo particular de la historia depende del contexto político y cultural dentro del que se formula la política exterior (…) Las mismas observaciones se aplican al concepto de poder. Su contenido y el modo en que se usa están determinados por el entorno político y cultural. El poder puede comprender cualquier cosa que  establezca y mantenga el control del hombre sobre el hombre. En consecuencia, el poder abarca todas las relaciones sociales que sirven a ese fin, desde la violencia física hasta el más sutil lazo mediante el cual una mente controla a otra.”(6)

Dentro de la línea realista  podemos encontrar otro reconocido autor,  Raymon Aron  que presenta un concepto de poder  más amplio en el cual se tiene en cuenta otros elementos, viendo al poder más en términos de influencia o persuasión, estos otros elementos y relaciones  también intervienen en lo que más adelante podemos encontrar en algunas teorías, como los valores, las ideas, las ideologías; presentes en la misma relaciones entre Estados; puntualmente Miryam Colacrai dice al respecto de la idea de poder en Aron : “(…) el poder es un medio  y  su ejercicio ayudará, sin duda, a cumplir al menos uno de los fines irrenunciables que tiene todo Estado cual es asegurar su propia existencia. Pero, a su vez, se niega a aceptar que la búsqueda de poder sea la esencia de toda la política(7) y señala: “Un aporte muy valioso reside en la diferenciación que ensaya en torno al poder potencial y al poder actual, uno como recurso y el otro puesto en situación o movilizado(8) de acuerdo con lo anterior Aron también especifica que “el poder tiene tres componentes esenciales, como son el medio, los recursos y la acción colectiva”(9). Y aclara que: “la maximización de los recursos” no lleva consigo, necesariamente, la “maximización de la seguridad” y a veces sobrepasar el “óptimo de fuerzas” puede provocar una inversión dialéctica”(10)

En el Neorrealismo

Esta línea de pensamiento  surge posteriormente  y el  padre y principal exponente es Kenneth Waltz, (también  llamada Realismo Estructural). Podemos ver que esta teoría mantiene  muchos de los principios realistas,  sin embargo,  sus explicaciones se basa más en las características estructurales que en la conducta de los Estados, así privilegia la seguridad, y por lo cual el poderío militar continua siendo una referencia importante de poder,  el punto central está en la lógica de la anarquía, (tema que trataré con más amplitud posteriormente), la cual determina  a los Estados y  establece la política del poder y el sistema de autoayuda en el panorama de la política internacional.

Waltz señala que: “el poder debe ser definido en términos de distribución de las capacidades y si se compara la de los grandes poderes hoy y antes, se demuestra que la utilización del poder se ha incrementado”(11).  Este incremento está relacionado con la “difusión del poder(12) vista desde el énfasis en la seguridad, concretamente se habla del poder que posee un Estado cuando éste puede afectar más a los otros, de los que puede ser afectado por ellos.

En el  idealismo

Esta escuela  de pensamiento está principalmente  orientada  al  igual que el realismo, a lo normativo y hacia la política, aunque  encontrando  grandes diferencias,  en este caso el  énfasis está en el  “deber ser”, se plantea una visión más optimista en cuanto a  la posibilidad de modificar la condición de la naturaleza humana a través del derecho internacional y la organización; han centrado su preocupación en cómo éstos transforman los intereses y cómo las instituciones los afectan, así han desarrollado más una propuesta sobre cómo debería ser y qué debería primar en  la configuración internacional que en la conceptualización de poder y su búsqueda como factor central en el accionar de los Estados, que continúan siendo actores principales en la dinámica internacional.

Uno de sus principales exponentes dentro de ésta línea es Immanuel Kant quien menciona frente al sistema internacional y la seguridad que: “Todo Estado puede y debe consolidar su propia seguridad para que  entren a formar parte con él en un especie de constitución, similar a la constitución política que garantiza al derecho de cada uno. Seria esto una sociedad de naciones, la cual, no obstante, no debería ser un Estado de naciones(13) 

Los idealistas hacen hincapié en el tipo de organización del Estado, la estructura interna, que para  la política exterior será fundamental en la medida en que la determinará; de este modo se plantea que para que el Estado garantice a sus individuos las libertades y derecho individuales es importante que este se constituya como república, bajo principios democráticos - liberales. Asimismo se propone el derecho internacional público basado en reconocimiento de la  necesidad de una organización de Estados libres, es una búsqueda de equilibrio, como lo he mencionado,  a través de las instituciones y más aún sobre la base de la concientización de las ventajas de mantenerse en paz.

Dentro de esta corriente de pensamiento podemos incluir, claro está posteriormente, tanto a Michael Doyle, quien plantea frente a la importancia de una estructura interna democrática, que los Estados tienden a mantener relaciones de cooperación con otros que se encuentren dentro del mismo plano democrático. Así también Kart Deustch, (quien también está relacionado con la visión sistémica), expone que desde el liberalismo institucional hay condiciones que hacen posible pensar en la posibilidad de seguridad a favor de la paz, en la medida en que los regímenes e instituciones medien los conflictos y eviten la guerra, también teniendo en cuenta que a mayor interdependencia, integración y mejores negocios, menores posibilidades de conflictos violentos.

En Deustch hallamos también una visión explicativa y amplia en alusión al poder  “(…)  al reconocer que “el poder es un símbolo o un etiquetado común que encierra diversos recursos, relaciones y posibilidades” (…)(14) como complemento a esto se señala que  “debemos reconocer no sólo el poder de las naciones y de las organizaciones internacionales sino tener en cuenta el poder de los gobiernos, de los grupos de interés, de las elites y hasta de los individuos, en tanto muchos de ellos pueden afectar significativamente lo que acontece en la política internacional(15).

En la interdependencia

En  líneas generales, podemos encontrar en esta teoría una diferenciación clara frente a la visión estatocéntrica de las relaciones internacionales, donde se tiene en cuenta la injerencia de una multiplicidad de actores,  grupos de presión, empresas transnacionales, organizaciones  internacionales, entre otros,  por lo cual se plantea un desdibujamiento estatal, de este modo los canales de conexión también son diversos, (ya no sólo son diplomáticos), y  asimismo la división entre lo interno y lo externo en lo referente a la dialéctica de estas dimensiones en los Estados  es cada vez más difusa, hay una pérdida de fungibilidad del poder que plantea interrogantes sobre la utilización del mismo. En esta perspectiva, el uso de la fuerza militar queda destinado a situaciones marginales, es decir no para todos los objetivos, la interdependencia sin embargo, no se toma como una situación del todo tranquila, ya que al aumentar los actores y los enlaces entre estos también aumenta la complejidad, aparece una nueva organización y jerarquización entre los temas de baja y alta política, esta última no referida primordialmente a los temas estratégico- militares. Así, en esta línea, el poder se refiere al control de los resultados, dependiendo  de contextos y  áreas determinadas, esto también aplicado a los liderazgos.         

Dentro de esta línea  se pueden destacar dos autores que exponen claramente la visión teórica de esta escuela   acerca del poder, ellos son Keohane y Nye, el primero señala que: “De forma más coherente con el liberalismo me niego a asumir ya definiciones inmutables del interés en términos de ganancias relativas, ya modelos permanentes de conflicto entre los Estados. Para mí, la política es abierta y potencialmente progresiva, más que desoladamente cíclica.”(16)
 
Nye por su parte en su libro “La naturaleza cambiante del poder norteamericano” explica una diferencia clara acerca de la definición del interés nacional que  desde el enfoque liberal se configura de acuerdo a la interdependencia y las instituciones internacionales que lo influyen, por lo cual no siempre se remite o sólo atañe a la seguridad como se plantea en el realismo. Este autor -de acuerdo con lo mencionado anteriormente- reconoce en el escenario internacional tanto la complejidad política como la interdependencia económica, en las comunicaciones y en las aspiraciones humanas, lo cual está relacionado con la idea que los nuevos actores que se reconocen desde esta perspectiva tiene un importante nivel de poder económico, lo que hace que en varias ocasiones sean cruciales para el logro de los objetivos propuestos por los Estados.

Se plantea al respecto de la fuerza militar que si bien es predominante y representa la última forma de poder, implica definitivamente costos muy altos. Hace alusión a la importancia y las posibilidades de influencia que indudablemente han ido adquiriendo las comunicaciones, y el manejo de la interdependencia. Asumen que hay una distribución de poder diferente, representada en diversas áreas, esta distribución hace que el poder sea menos intercambiable, (los recursos son menos transferibles de un área a otra, sería la fuerza militar la más intercambiable),  así como menos coercitivo y tangible.
 
Concretamente, estos autores expresan sobre el  poder que: “… puede pensarse como la habilidad de un actor para conseguir que otros hagan lo que de otro modo no harían (y a un costo aceptable para el actor que promueve la acción). El poder también puede concebirse en términos de control sobre los resultados. Cuando decimos que la interdependencia asimétrica puede ser fuente de poder estamos pensando el poder como el control sobre los recursos o como el potencial para afectar los resultados.”(17)

Esta línea de pensamiento introduce dentro de la problemática del  poder el concepto  de  “poder cooptivo  que alude a conseguir que los otros hagan lo que quiero que hagan, es decir la capacidad de un Estado de manejar una situación que se constituya de acuerdo a sus intereses, y preferencias, asimismo el “Poder Blando” definido en términos de atracción, referido a la cultura, los valores, las ideas, las instituciones, el lenguaje, entre otros.

Debemos tener en cuenta  en la interdependencia las variables de sensibilidad y vulnerabilidad muy relacionadas con el poder, las que consisten en: “la sensibilidad implica grados de respuesta que un actor tiene frente al impacto que le produce las situaciones externas, producto de una creciente vinculación internacional y como ellas le afectan dentro de un marco de políticas. En tanto la vulnerabilidad implica costos para poner en marcha alternativas que esos actores deben encarar, pero a la vez entraña costos que se siguen sintiendo muchas veces aún después de haber modificado esas políticas(18).

En el constructivismo

El constructivismo se basa en “comprender cómo la política mundial es socialmente construida(19), teniendo como puntos relevantes la formación de identidades,  la estructura y el proceso; la transformación de intereses dados en la interacción; al respecto los constructivistas consideran que: “ (…)están interesados en la forma en que las prácticas cognoscibles constituyen sujetos, un interés que no se aleja demasiado del que tienen los liberales duros en saber cómo las instituciones transforman los intereses(20)

Wendt como principal exponente de esta teoría, realiza una serie de relaciones entre los debates  realismo- liberalismo, y entre racionalistas-reflectivistas, pretende funcionar como una teoría mediadora, se  menciona al respecto que: “El debate entre realistas y liberales (…) Antes (…) giraba en torno a teorías rivales sobre la naturaleza humana, ahora se centra en discernir hasta que punto la acción del estado está influenciada por la “estructura” (la anarquía y la distribución del poder) o por el “proceso” (interacción y aprendizaje) y las instituciones.(21)

En lo que se refiere a la estructura anárquica, punto central de estudio para la comprensión de la teoría, que para los realistas y neorrealistas es determinante, para este autor es sólo permisiva. Al respecto dice: “Yo defiendo que la autoayuda y la política de potencias no se derivan ni lógica ni causalmente de la anarquía y que si, aún hoy, nos encontramos en un mundo de autoayuda, es debido al proceso, no a la estructura”.(22) 

Uno de los postulados más destacados en Wendt en relación a lo anterior  es: “La autoayuda y la política de poder son instituciones, no características esenciales de la anarquía. La anarquía es lo que los Estados hacen de ella”(23).

Lo anterior nos remite justamente al papel que desempeña la condición anárquica en el  panorama mundial, que claramente no determina las relaciones competitivas de poder de los Estados, puesto que en esta teoría se asume que éstas, así como la autoayuda, surgen del proceso de interacción. En relación  al poder también se menciona que: “la “distribución del poder” siempre puede afectar los cálculos de los Estados, pero cómo y en qué forma eso se da depende de la producción intersubjetiva de ideas y expectativas, del conocimiento intersubjetivo de cada comunidad que construye sus concepciones acerca de sí mismo y del otro“.(24)

Sobre los  Estados y otros actores internacionales

Indudablemente,  Estado indudablemente ha sido un actor “fundamental” en el estudio de las relaciones internacionales y las diferentes teorías de ésta disciplina, sin embargo y a medida que se han diversificando y planteado múltiples panoramas internacionales en la historia, también han empezado a surgir interrogantes y estudios alrededor de nuevos actores que claramente influyen cada vez con mayor fuerza  la dinámica de ésta materia.

En la teoría realista, los Estados son los actores principales,  realmente la importancia que tienen las instituciones para esta escuela es poca. Acá quisiera señalar algunos puntos relevantes que se mencionan no sólo frente a la visión estatocéntrica sino también frente  al comportamiento de los Estados y del mismo estadista desde ésta escuela de pensamiento

En primer lugar, podemos decir que la principal función de los Estados es su misma preservación, en pro de esto debe ser un actor racional, como se mencionaba en cuanto a la lectura de costos- beneficios, y pueden actuar ya sea en base a una política de aumento de sus recursos, poder y prestigio o política cercana al equilibrio. Sin embargo, es claro que los Estados no tienen niveles de poder parejos, lo que lleva a que existan tanto potencias como Estados mínimos y que de acuerdo  con esto, los pequeños Estados deben ajustarse a los lineamientos de los hegemones. Al respecto Morgenthau dice que  “la propia estructura de las relaciones internacionales (…) ha tendido ha estar en desacuerdo con la realidad de la política internacional. Mientras la primera asume la “igualdad soberana” de todas las naciones, la última se caracteriza por un marcada desigualdad entre las naciones”(25)
Es importante señalar sobre los Estados hegemónicos, que desde ésta visión no deben pretender ser un imperio, ya que en la medida en que éstos busquen mantener su hegemonía y acrecentarla surgirá la regla de balance de poder que implica que otros Estados buscarán contrarrestar este intento.

Desde la propuesta realista, sobre las motivaciones del estadista, se dice que no hay una demostración clara de correlación entre la calidad de dichas motivaciones y la calidad de la política exterior y  que “si se desea entender una política exterior, resulta importante   conocer  no tanto los motivos primarios del estadista sino su habilidad intelectual para comprender lo esencial de la política   extranjera así como su habilidad política para trasladar esa comprensión a  un acto político exitoso.”(26)

En lo referente a la moral en el accionar de los estadistas es claro que desde esta línea teórica  y teniendo en cuenta la división entre las dimensiones internas y externas del mismo Estado, lo que funciona al interior no rige el comportamiento al exterior, y la evaluación de los actos políticos debe estar dado por sus efectos políticos, concretamente se plantea que: “el realismo sostiene que los principios morales universales no pueden aplicarse a los actos de los Estados en un formulación abstracta y universal, sino que deben ser filtrados a través de las circunstancias concretas de tiempo y lugar (…) no puede existir moralidad política sin prudencia, esto es, sin consideración de las consecuencias políticas de una acción aparentemente moral. El realismo, pues, considera la prudencia –la consecuencia de más peso entre las acciones políticas alternativas- como la suprema virtud en política (…)(27)

Aron, por su parte, da una posibilidad de surgimiento a una segunda naturaleza menos conflictiva, cambio basado en la concientización de los errores históricos y los desastres  de la guerra. En sentido más amplio, este pensador asume que aunque todos los Estados estén en la búsqueda de su seguridad no todos se comportan igual en el plano internacional, este comportamiento está influenciado por su organización, y las existencia de Estados que compartan un determinado modelo político, lo que podría generar  sistemas interestatales más pacíficos, equilibrados y homogéneos.

Ahora bien, en el  neorrealismo se asume que el Estado mantiene una posición de actor central, especialmente Waltz menciona que “conservan el rol principal, en tanto sus interacciones y la distribución de sus capacidades moldean la estructura del sistema internacional. Los Estados se asemejan porque todos –poderosos y débiles- se enfrentan con las mismas tareas y se diferencian según sus capacidades. Los actores no estatales, especialmente los movimientos trasnacionales, tiene importancia en relación a los procesos, pero no constituyen actores definitorios en la conformación de la estructura, en tanto esta se define por sus elementos principales, esto es aquellos Estados que son Grandes Potencias”.(28)
 
Asimismo, se aclara que las estructuras políticas internacionales están  definidas por las unidades políticas primarias de la época, en este caso los Estados,  sobre los cuales podemos decir que: “(…) pueden alterar sus conductas a causa de la estructura que forman por medio de sus interacciones con otros Estados”.(29)

También, es importante recordar que al referirse a la distinción entre alta y baja política que muy marcadamente hace en realismo y donde, por supuesto, lo estratégico militar ocupa el  lugar privilegiado, el autor alude que es errónea ya que “los Estados usan medios económicos para fines políticos y militares; y medios políticos y militares para el logro de intereses económicos”(30)

Podemos  hacer referencia a la posibilidad que  tienen los Estados de preparan la condiciones en las que se relacionan con otros actores no- estatales y así como que “los Estados rehacen las reglas según las cuales operan los otros actores. Por cierto, podemos asombrarnos de la habilidad que demuestran los Estados débiles para obstaculizar las acciones de fuertes corporaciones internacionales, y por la atención que estas ultimas prestan a los deseos de los primeros(31).

Como vimos en la primera parte, los idealistas también centran su atención en el Estado y en el “deber ser” sobre su accionar, centran su posición en torno a la relevancia de la moral que debe ser inherente al Estado, y al estadista por ende, en sentido más concreto aluden al derecho y las instituciones como fuente estabilizadora del sistema internacional de tal modo que éste se constituya  en una federación de Estados independientes. 

 Por otra parte, como se mencionó sobre los actores en la teoría de la interdependencia, se plantea una diversidad que incluye en el análisis actores sociales,  no-estatales, redes transnacionales, organizaciones internacionales, etc. Así como un uso de la negociación internacional con más fuerza.

Nye sostiene que en la interdependencia también, se tiene en cuenta  a los actores  más débiles, ya que éstos pueden generar problemas al más fuerte, concretamente en temas como migraciones, contrabando, drogas, etc., y que así como en el realismo, la seguridad y la fuerza militar son los elementos centrales al darse un cambio en la agenda política se genera un cambio en las metas y los medios que ya no sólo atañen a los elementos mencionados sino que hacen referencia a nuevos temas, entre ellos, la cooperación la cual podría hacer posible una ganancia conjunta.    

Por su parte, Keohane dice frente a los Estados:  “ Lo que afirmamos es que la capacidad de los Estados para comunicarse y cooperar depende de las instituciones hechas por el hombre, que varían históricamente y según los temas, en naturaleza (…) y en fuerza(…) Los Estados están  en el centro de nuestra interpretación de la política mundial, tanto como lo están para los Realistas; pero las reglas formales e informales juegan un papel mucho mayor en la descripción neoliberal que en la Realista.(32).   

Desde esta perspectiva, las instituciones están definidas como: “conjuntos de reglas (formales e informales) persistentes y conectadas, que prescriben papeles de conducta, restringen la actividad y configuran las expectativas”(33). Asumen las siguientes formas: Organizaciones intergubernamentales formales o no gubernamentales internacionales, Regímenes internacionales y Convenciones. Estas instituciones internacionales cuentan con elementos tanto constitutivos como regulatorios que ayudan a precisar  los intereses y la forma de entender las acciones.

Para abordar el tema de los actores en la línea constructivista quisiera partir de uno de los postulados que enuncia  Wendt: “La relevancia de los estados con respecto a las corporaciones multinacionales, los nuevos movimientos sociales y las organizaciones intergubernamentales está en claro declive, y las formas “posmodernas” de política mundial merecen más atención y ser investigadas más profundamente de lo que lo han sido hasta ahora. Pero también creo, al igual que los realistas, que a medio plazo los estados soberanos continuarán siendo los actores políticos dominantes en el sistema.”(34)

Desde el constructivismo, Wendt busca entender la formación de identidades e intereses; frente al Estado plantea que éste puede asumir multiples identidades entre las cuales podemos nombrar: “soberano”, “líder del mundo libre” o “potencia imperial”.Así mismo“(…) el estatismo no necesita limitarse a las ideas realistas sobre lo que el “Estado” debe significar. Las identidades y los intereses estatales pueden transformase colectivamente dentro de un contexto anárquico por muchos factores − individuales, internos, sistémicos o trasnacionales − y, por ello, son una variable dependiente importante.”(35)
   
Este autor  también sostiene que “(...) cada identidad es una definición inherentemente social del actor basada en las teorías que los actores mantienen colectivamente sobre ellos mismos, y cada uno sobre los demás que constituyen la estructura del mundo social. Las identidades son las bases de los intereses. Los actores no tienen una “agenda” de intereses que trasportan consigo independientemente del contexto social en el que estén; lo que ocurre es que los actores definen sus intereses dentro del mismo proceso en el que se definen las situaciones.(36)

La institución desde esta línea de pensamiento se define básicamente como “(…) estructura o un conjunto de identidades e intereses relativamente estable. Normalmente estas estructuras están codificadas en reglamentos y normas oficiales, pero éstas solamente tienen valor en virtud de la socialización de los actores y de su participación del conocimiento colectivo. Las instituciones son fundamentalmente entidades cognitivas que no existen independientes de las ideas de los actores sobre el funcionamiento del mundo.(37)

De este modo, el proceso de institucionalización no es algo exógeno que sólo acepta el accionar de los actores sino que es un proceso cognitivo en el que se interiorizan identidades e intereses. Es así como las mismas instituciones pueden ser concebidas como conflictivas o cooperativas. Desde esta visión un ejemplo de institución que puede surgir en el panorama anárquico  es la autoayuda.

Al respecto de la seguridad los constructivistas señalan que ésta puede darse de manera más confiable en la medida en que los Estados aprendan mediante la socialización continuada que  la soberanía de un  Estado está necesariamente ligada al hecho de ser reconocida por otros Estados; de esta forma “se pueden permitir confiar más en el entramado institucional de la sociedad internacional y menos en los medios nacionales individuales − especialmente el poder militar − para proteger su seguridad.”(38)

 

Por último, al respecto de las identidades y los intereses de los actores se puede decir que son medianamente estables y que esta condición revela una tendencia a habituar ciertas acciones más que a generar nuevas, así  “La elección excepcional y consciente de transformar o de superar papeles necesita, al menos, dos precondiciones. Primera, tiene que haber una razón para pensar sobre uno mismo en nuevos términos; segunda, los costes esperados del cambio de papel internacional − las sanciones impuestas por aquellos con los que se interactuó con papeles anteriores − no pueden ser mayores que las recompensas.(39)

 

Sobre el  orden internacional, sistema y anarquía

Las ideas a tratar en esta tercera parte se encuentran claramente ligadas a todos lo expuesto anteriormente sobre las visiones teóricas que se ha tratado. Se considera importante recordar que  al igual que los conceptos trabajados, éstos también  han cambiado dependiendo de los diferentes contextos históricos que se presentan en la dinámica de las relaciones internacionales.

Desde la visión realista, la pugna  por el poder es característica  en la relación entre los Estados, asimismo supone que existen elementos que son inmutables y determinantes el la conducta internacional, como la geografía y la naturaleza del comportamiento humano,(40)  y  que los Estados  se encuentran dentro de un escenario carente de gobierno mundial que garantice su supervivencia, es decir un escenario anárquico, donde el poder duro es un punto central para el logro de los objetivos, principalmente el de la misma existencia, (ya que existe gran propensión a la guerra), frente a esta preocupación Morgenthau plantea que: “(…) la paz sólo puede mantenerse mediante dos artificios. Uno es el mecanismo auto- regulatorio de las fuerzas sociales (…) o, dicho de otro modo por el equilibrio del poder. El otro consiste en  limitaciones normativas (…)”.(41)

Aunque este autor reconoce que los mecanismos mencionados no han llevado a la estabilidad de la paz indefinida, propone - de acuerdo con los supuestos teóricos planteados- que el equilibrio de poder “es indudablemente un elemento constante en todas las sociedades pluralistas (…) Si los factores que han permitido el surgimiento de estas condiciones pueden ser duplicados  en la escena internacional,  análogas condiciones de estabilidad y paz también prevalecerán en ella, como ha ocurrido durante largos tramos en la historia de ciertas naciones.”(42)  

En relación a la estructura legal y a lo que el autor menciona como el  hecho moderno de la interdependencia dice claramente que es necesario un orden político que se ocupe de éste, y que la estructura legal “supone la existencia de una multiplicidad de estados naciones autosuficientes, impenetrables, soberanos. Estos remanentes de un orden legal e institucional no solo se interponen en el camino hacia una transformación racional de las relaciones internacionales a la luz de la desigualdad del poder y la interdependencia de intereses, sino también vuelven precaria, sino imposible, la posibilidad de políticas más racionales dentro del defectuoso entramado de un sistema tal(43)

Por otro lado, Aron  frente al equilibrio de poder  se inclina más hacia la idea de un equilibrio de fuerzas ya que estas “son más fácilmente mensurables que el poder. Sin embargo, si las fuerzas están equilibradas, los poderes lo estarán también más o menos”(44) del mismo modo se refiere a este mecanismo cuando dice que: “La política de equilibrio, en el nivel más alto de abstracción, se reduce a una maniobra para impedir a un Estado la acumulación de fuerzas superiores a las de sus rivales o aliados”(45)

Alrededor de la idea de sistema, Aron sostiene que estos tienen  dos elementos principales: “la configuración de la relación de fuerzas y la homogeneidad o heterogeneidad de los dos sistemas”(46). Hace referencia a - los que él considera- los dos modelos de sistemas más comunes.  Por un lado, el pluripolar que remite a que los actores importantes son numerosos  y las fuerzas no son tan asimétricas entre ellos.  Por otro lado, el bipolar donde predominan dos actores dominantes y donde los demás se unen a uno u otro de los dominantes. También Aron deja abierta la posibilidad de la existencia de modelos intermedios, y aclara que los sistemas no se mantienen de forma regulada ya que ningún actor antepone la búsqueda que preservación del sistema a sus objetivos.    

Por otro lado, en el neorrealismo encontramos que Waltz en sus postulados teóricos hace una relación  clara con la economía, donde la idea de sistema internacional está comparada, en cuanto a su funcionamiento, al mercado. Al respecto  dice: “Los sistemas políticos internacionales, al igual que los mercados económicos, se forman por la coacción de las unidades autointeresadas (…) son de origen individualista, espontáneamente generados e impremeditados (…)La política internacional es mas bien un dominio en el que todo esta permitido. La política internacional es estructuralmente similar a una economía de mercado en tanto se permita en esta ultima la operación del principio de auto-ayuda”.(47)
 
Acerca de la situación  anárquica en la perspectiva neorrealista, se esboza que: “(…) las unidades de ese orden se distinguen particularmente gracias a sus mayores o menores capacidades de desempeñar tareas similares”(48) es decir: “Para lograr sus objetos y conservar su seguridad, las unidades en condición de anarquía –ya sean personas, Estados o corporaciones- deben basarse en los medios que ellas mismas puedan generar y en las disposiciones que puedan tomar por si mismas. Una situación de auto-ayuda comporta un riesgo muy alto, riesgo de quiebra en el campo económico y de guerra en un mundo de Estados libres.”(49)
 
Sobre las alternativas frente a éste entorno anárquico, Waltz aclara que el surgimiento de  un gobierno mundial es poco probable  debido a la imposibilidad de: “una autoridad central con respecto a la movilización de recursos necesarios para crear y mantener la unidad del sistema por medio de la regulación y el manejo de sus partes. La perspectiva de un gobierno mundial sería una invitación a prepararse para un sistema global. (…) Cuanto mayor sea el poder del centro, tanto mas fuerte será el incentivo que reciban los Estados para embarcarse en guerras y luchas para ganar ese control”.(50)

De  esta forma también asume que  el equilibrio de poder predominará en la medida en que se conserve la condición de anarquía en el panorama internacional y dentro de la cual existan unidades que procuren su supervivencia.

Respecto al orden internacional, en el neorrealismo también se puede rescatar lo planteado por Robert Gilpin y su teoría de la estabilidad hegemónica en la que se menciona que la existencia permanente de un hegemón proporciona un orden internacional más seguro  y pacífico. Así, los regímenes internacionales dependen de los Estados dominantes.    

Ahora bien, los postulados de Keohane  sobre los conceptos que se han tratado, se muestran otras variables igualmente importantes a tener en cuenta en el análisis, como por ejemplo que  para comprender la política mundial tanto la descentralización, (que refiere a la anarquía), como la institucionalización son puntos importantes  ya que considera que la política internacional se encuentra “ institucionalizada. Es decir, gran parte del comportamiento es reconocido por parte de los participantes como un reflejo de reglas, normas y convenciones establecidas y su sentido se interpreta a la luz de esta comprensión”.(51)

   
En el mismo sentido y -dentro de la línea del institucionalismo neoliberal- este autor  encuentra puntos en común con los liberales sobre cómo evitar el determinismo y  la importancia de las instituciones internacionales, sin que esto subestime el poder de los Estados. También, señala que los cambios en la institucionalización de la misma política internacional influyen fuertemente en el comportamiento de los Estados, al respecto menciona: “La perspectiva de las relaciones internacionales, que llamo”institucionalismo neoliberal”, no afirma que los Estados estén siempre altamente constreñidos por las instituciones internacionales. Tampoco proclama que los Estados ignoren  los efectos de sus acciones sobre la riqueza o e poder de otros Estados. Lo que aduzco es que  las acciones estatales dependen, considerablemente, de los acuerdos institucionales prevalecientes (…)”.(52)
 
Sobre   la cooperación en el  sistema internacional, el  autor aclara que hay que diferenciarla de la armonía, es decir puede que ésta promueva conductas pacíficas pero no necesariamente las asegura.

Concretamente podemos  exponer lo anteriormente mencionado  cuando Keohane dice:“En la teoría Realista  Estructural o neorrealista, la estructura de los sistemas internacionales se conceptualiza como algo anárquico: en ausencia de una autoridad jerárquica, los Estados deben confiar en sus propias capacidades. Si bien esta teoría suministra un punto de partida valioso para el análisis, desestima el hecho de que la política mundial, en cualquier momento dado, esta en cierta medida institucionalizada. Las organizaciones internacionales formales y las reglas y normas codificadas (“regímenes internacionales”) existen en zonas de temas particulares; pero igualmente en un nivel más general, los participantes reconocen que gran parte del comportamiento refleja normas, reglas y convenciones establecidas. (53)

Respecto a la anarquía del sistema internacional, Keohane realiza un diálogo con la teoría neorrealista propuesta por Waltz y alude sobre algunos postulados a medida que plantea su posición. Entre las ideas desarrolladas se recoge que “Si bien el término “anarquía” está cargado y potencialmente induce a error debido a su asociación con el caos y el desorden, caracteriza la política mundial en el sentido de que la política mundial carece de un gobierno común (…)”.(54)
En cuanto a la idea de desorden que justamente puede relacionarse con la anarquía, el  autor al igual que en la teoría neorrealista  “coincide de manera general en que la anarquía no implica ni una ausencia de modelo ni un estado de guerra perpetuo: “El gobierno mundial, si bien no se puede confiar en que sea pacífico, no llega a ser un caos sin remedio”.(55)

Por su parte, el constructivismo también traza algunas ideas relevantes para el entendimiento del  orden, el sistema y la anarquía internacionales. En primer lugar, y acogiendo lo que se  ha dicho, en esta perspectiva se crítica la idea relacionada con los realista y neorrealistas en cuanto a que los intereses  de los actores son fijos, ya que se asume que estos realmente se constituyen como fruto de las relaciones intersubjetivas. Un principio de la teoría constructivista explica que: “la gente se relaciona con los objetos, incluyendo otros actores, según el significado que estos objetos tienen para ellos. Los Estados actúan de una forma con sus enemigos y de otra diferente con sus amigos porque los enemigos suponen una amenaza y los amigos no.”(56)

Dentro de lo propuesto por Wendt en pos de explicar  las relaciones internacionales se dice que “las concepciones egoístas de seguridad no son una propiedad constitutiva de la anarquía.”(57) Así, la política de poder competitiva y la autoayuda pueden surgir de la interacción de los Estados y que la condición anárquica sólo es facultativa; más aún, ésta no determina la constitución de un sistema u otro. Además, el autor sostiene que “son los significados colectivos los que conforman las estructuras que organizan nuestras acciones.”(58)

Por otro lado, el constructivismo en contraposición con el neorrealismo, hace una diferenciación entre estructura y proceso y rebate  la idea waltziana(59) donde “la lógica de la anarquía parece establecer por sí misma la política de poder y de autoayuda como características de la política mundial.”(60) Wendt considera que “Ésta no es una elección muy acertada, (…) las teorías de la primera y la segunda imagen, tienen la virtud de implicar que las prácticas determinan el carácter de la anarquía. En la visión facultativa, sólo si factores humanos o internos provocan que A ataque a B, B tendrá que defenderse. Las anarquías pueden contener dinámicas que conduzcan a una política de poder competitiva, pero pueden no contenerlas (…).”(61) Claramente el rol de las prácticas en el neorrealismo es menospreciado, dicho de otro modo “creen que las anarquías son necesariamente sistemas de “autoayuda”, sistemas en los que tanto la autoridad central como la seguridad colectiva brillan por su ausencia.”(62)
 
Frente al tema de la distribución del poder, así como la anarquía, desde la visión constructivista  se asume que  “sólo adquieren significado para la acción estatal en virtud de los acuerdos y las expectativas que constituyen las identidades y los intereses institucionales. La autoayuda es una de estas instituciones, que moldea un tipo de anarquía, pero no el único tipo posible.”(63)

Wendt plantea tres sistemas de seguridad catalogados como: los competitivos, (en relación con la visión realista), los individualistas,( relacionados con la perspectiva neoliberal), estos dos mencionados apuntan a la autoayuda en la medida en que cada Estado es responsable de su seguridad , y un tercer tipo, los sistemas cooperativos.

Sobre los sistemas competitivos y los individualistas señala que “son formas de autoayuda dentro de la anarquía en el sentido en que los estados no identifican positivamente la seguridad propia con la de los demás, sino que consideran la seguridad como la responsabilidad individual de cada uno. Dada la carencia de una identificación cognitiva positiva sobre la que fundar regímenes de seguridad (…).”(64) El autor sostiene que en la medida que se presenta una desconfianza mutua entre las partes, surgen las que él denomina “identidades competitivas y egoístas”(65), que desembocan en el comportamiento amenazante.

De este modo, por un lado se encuentran los sistemas competitivos donde “los Estados se identifican entre ellos como negativos para la seguridad y la ganancia de ego es vista como la pérdida del alter. La identificación negativa en condiciones de anarquía conforma sistemas de política de poder “realistas”: actores que temen el riesgo, deducen intenciones a partir de capacidades y se preocupan por las ganancias y las pérdidas relativas.”(66)

Asimismo la teoría constructivista plantea que los sistemas de seguridad individualista se encuentran como punto intermedio donde “los estados son indiferentes a las relaciones entre su seguridad y la de los otros. Esto conforma sistemas neoliberales: los Estados aún son egoístas en los temas concernientes a su seguridad, pero se centran en las ganancias absolutas en lugar de en las relativas. La posición propia dentro de la distribución de poder es menos importante, y la acción colectiva tiene más posibilidades de producirse (aunque todavía sujeta a fluctuaciones porque los estados continúan siendo ‘egoístas’).(67)

Por último, encontramos los sistemas cooperativos en los que “(…) los Estados se identifican positivamente entre ellos y así la seguridad es percibida como una responsabilidad de todos. Esto no es autoayuda en un sentido interesado, ya que el yo en función del cual se definen los intereses es la comunidad; los intereses nacionales son los intereses internacionales.”(68)

Esta perspectiva teórica también plantea la prelación como una situación causal del surgimiento de sistemas de auto ayuda, la prelación consiste básicamente a que “(…) algunos estados pueden mostrar cierta predisposición a la agresión. El comportamiento agresivo de estos depredadores o “manzanas podridas” obliga a otros estados a seguir este juego de la política de poder competitiva, para combatir el fuego con más fuego, ya que un fracaso supondría la destrucción o la humillación. Un depredador superará a cien pacifistas porque la anarquía no proporciona garantías.”(69)
El autor aclara que de igual manera la prelación no implica de por sí, política de poder por parte de los Estados. Esto también depende de la cantidad de elementos que intervengan y la identidad colectiva del sistema.

 

Reflexiones finales

Es claro que en este trabajo quedan sin tomar algunas  aproximaciones teóricas   que al respecto de las Relaciones Internacionales y los conceptos tratados se han desarrollado, y que claramente podrían presentar  nuevos elementos,  ampliar y nutrir aún más el debate. Sin embargo, como señalé en  un principio, considero que el documento es  una aproximación que busca desde la selección realizada plantear puntos importantes dentro de las perspectivas de manera explicativa más que abarcativa. Pero por supuesto, es una tarea no concluida en la medida en que, alrededor del tema aún tenemos muchas cosas que decir.  Entre estas, podría  señalar los enfoques sobre los países periféricos,  que especialmente en el tema del poder parecen quedar relegados, ya que su influencia no es determinante desde los postulados de la mayoría de teorías, que en general han surgido desde los países centrales, entre los elementos alternativos  propuestos, e importantes  para los análisis de la materia en América Latina,  podemos retomar la “perspectiva autonómica” (70) rescatando la autonomía de los Estados sustentada en “la potenciación y sumatoria de capacidades para lograr una mayor viabilidad y un status que les permita, a los mas débiles, adquirir mejores niveles de negociación e influencia en el ámbito internacional, fundamentalmente en su relación con los más poderosos”(71).

Otro punto importante a resaltar es  que las formas y la complejidad  que han adquirido  los conceptos y  el énfasis que estos pueden tener frente a otros en las diferentes líneas teóricas,  han estado marcadas por los contextos históricos donde  éstos surgieron,  y se han presentado de acuerdo también a la búsqueda  de explicaciones que los autores influenciados por  sus mismos marcos espacio- temporales, experiencias y enfoques pretendían ofrecer acerca  de las Relaciones Internacionales.

A pesar que podemos  ver  en el plano de las experiencias reales de las Relaciones Internacionales  a lo largo de los tiempos, la aplicación y validez de  los conceptos elaborados por las diferentes vertientes, estos se presentan entrelazados ya que la realidad  no puede apuntar a una única mirada,  en tal sentido la teorías más explicativas frente a un determinado contexto  serán las que tengan en cuenta  más elementos, y modelos explicativos adecuados para el caso, de acuerdo con la complejidad de las mismas Relaciones Internacionales.

Ahora bien, en el estudio de las teorías podemos percibir que  muchos de los debates se han centrado en  posiciones epistemológicas, ontológicas y metodológicas diferentes al abordar la materia, así  como también existe  una recurrencia  sobre  el tratamiento  de los mismos puntos centrales, sin embargo debemos recordar que el actual panorama internacional, (especialmente después del 11 de septiembre de 2001 y los sucesos que se han presentado posteriormente), surgieron  variables que –inevitablemente-  reclaman un análisis profundo en esta disciplina y una revisión de las visiones que hasta ahora han sido predominantes.     

 

BIBLIOGRAFÍA

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(1) MORGENTHAU, Hans, “Política entre las naciones, la lucha por el poder y la paz”, Ed. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1986.

(2) Ibidem.

(3)“Morgenthau  (…) Parte del supuesto que la combinación de cantidad (armamento, fuerzas militares) y calidad (conocimientos tecnológicos, estrategia) de poder puede producir siempre determinados resultados, esto es, que existe una relación directa lineal entre el poder que se posee y los resultados que se obtendrán mediante su uso” en  COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(4) MORGENTHAU, Hans, política entre las naciones, la lucha por el poder y la paz, Ed. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1986.

(5) Ibidem.

(6) Ibidem.

(7)COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(8) Ibidem.

(9) Aron , Raymond  citado por COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- “, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(10) Ibidem.

(11)WALTZ. Kenneth citado por COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(12)“(…) Waltz reconoce que existe “difusión de poder” dado que se ha incrementado significativamente el número de Estados con capacidad nuclear, sin embargo, esta capacidad continúa siendo disuasiva y no afecta la estructura bipolar mundial (existente en ese momento)”  en COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(13) KANT. “ La Paz perpetua” editorial Bureau; Buenos Aires 2000.

(14)DEUSTCH, Karl  citado por  COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(15) Ibidem.

(16) KEOHANE, Robert, Instituciones internacionales y poder estatal, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1993.  

(17) KEOHANE, Robert ; NYE, Joseph citado por COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(18)Ibidem.

(19) WENDT, Alexander, citado por  COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(20)WENDT, Alexander, “La anarquía es lo que los Estados hacen de ella. La construcción social de la política de poder”, http://www.relacionesinternacionales.info/RRII/N1/artwendt1/html. Sin numeración de páginas.

(21) Ibidem

(22)Ibidem

(23) Ibidem

(24)WENDT, Alexander, citado por  COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(25) MORGENTHAU, Hans, “Política entre las naciones, la lucha por el poder y la paz”, Ed. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1986.

(26) Ibidem.

(27) Ibidem.

(28)ZUBELZÚ DE BASIGALOPU, Graciela, en  COLACRAI, Miryam (Compiladora) y otros, “Relaciones Internacionales –viejos temas, nuevos debates-“   ediciones CERIR. Rosario.200.

(29)WALTZ, Kenneth; “Teoria de la politica internacional,” Grupo editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1988.

(30) Ibidem.

(31) Ibidem.

(32) KEOHANE, Robert, “Instituciones Internacionales y Poder Estatal, Ensayos sobre teoría de las relaciones internacionales”. Grupo Editor latinoamericano, 1989. Traducción de Cristina Piña.

(33) Ibidem.

(34) WENDT, Alexander; “La anarquía es lo que los estados hacen de ella.” La construcción social de la política de poder,http://www.relacionesinternacionales.info/RRII/N1/artwendt1/html. Sin numeración de páginas.

(35) Ibidem. 

(36) Ibidem.

(37) Ibidem.

(38) Ibidem

(39) Ibidem

(40) Punto de clara diferencia con los idealistas que consideran esa naturaleza humana mejorable  en la medida en que se base la política en un patrón ético, en el derecho y las organizaciones internacionales como plataforma para la conducta internacional, ya que sostiene que hay una cierta armonía de intereses entre los Estados.

(41)MORGENTHAU, Hans, “Política entre las naciones, la lucha por el poder y la paz”, Ed. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1986.

(42) Ibidem.

(43) Ibidem.

(44) ARON, Raymond, Paz y guerra entre las naciones, Ed. Alianza, Madrid, 1985.

(45) Ibidem.

(46) Ibidem.

(47) WALTZ, opus cit.

(48) WALTZ, opus cit.

(49) WALTZ, opus cit.

(50) WALTZ; opus cit.

(51) KEOHANE, opus cit.

(52) KEOHANE, opus cit.

(53) KEOHANE, opus cit.

(54) KEOHANE, opus cit.

(55) WALTZ , citado en KEOHANE, opus cit.

(56) WENDT, Opus Cit.

(57) WENDT, Opus Cit.

(58) WENDT, Opus Cit.

(59) Visión enfocada en la tercera imagen

(60) WENDT, Opus Cit.

(61) WENDT, Opus Cit.

(62) WENDT, Opus Cit.

(63) WENDT, Opus Cit.

(64) WENDT, Opus Cit.

(65) WENDT, Opus Cit.

(66) WENDT, Opus Cit.

(67) WENDT, Opus Cit.

(68) WENDT, Opus Cit.

(69) WENDT, Opus Cit.

(70) COLACRAI, Miryam, Discusiones teóricas en torno al poder en as Relaciones Internacionales ¿ropaje nuevo o cambio de esencia? , en  “Relaciones internacionales –viejos temas, nuevos debates- ”, Ediciones CERIR, Rosario, 2001.

(71) Ibidem.

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